Concesionario de las lanchas de Cataratas alienta pueblada contra la licitación del servicio

La firma Jungle Explorer acusó a la APN de ejecutar «dudosos manejos» y su abogado aseguró que de continuar la búsqueda de una nueva prestataria «habrá un nuevo Gauleguaychú» en Iguazú. La empresa Iguazú Jungle Explorer que opera hace más de veinte años los botes de Cataratas reclamó ayer que se frene la licitación del servicio, iniciada por la Administración de Parques Nacionales (APN) a principios de diciembre, tras 17 meses de retraso. Sin dejar de reconocer que una eventual suspensión del proceso licitatorio los benificiaría en forma directa, desde la firma consideraron necesario hacerlo porque «se produjeron serias anomalías administrativas», aseguraron además que los pliegos contienen «severas irregularidades que generarán un alto impacto ambiental negativo» y calificaron como «dudosos manejos» a los actos del organismo nacional.
Por su parte, desde las demás empresas que pretenden participar de la licitación, interpretaron los reclamos de la compañía de Eduardo Arrabal como una maniobra para continuar explotando el jugoso negocio de las aventuras naúticas. Otros sugirieron incluso que la APN podría haber incurrido en errores administrativos en forma voluntaria para tener argumentos que justifiquen una nueva postergación de la licitación, quienes sostienen esta teoría «conspirativa» recordaron que Arrabal ya fue beneficiado por el organismo nacional con extensiones no previstas en el contrato original, cuya validez terminó hace casi un año y medio, plazo desde el cual el servicio viene siendo prestado gracias a la reticencia o la lentitud de Parques en llamar a una nueva licitación.
Apoyando la postura de la Jungle, aparecen los fotografos y guías de turismo, quienes alertan que la reconfiguración de los recorridos de las lanchas previstos en los pliegos licitatorios afectaría de alguna manera su desempeño laboral. Desde estos sectores temen además que si la empresa de Arrabal, con quien mantienen una buena relación, no resultara ganadora de la nueva licitación, se les complicaría su acceso a los turistas en los lugares clave del parque.
Fueron justamente los guías los primeros en intentar detener la licitación a través de un recurso de amparo que recibió el visto bueno del conjuez Federal de Eldorado Pablo Novak, quien interpuso una medida de no innovar, sin embargo la APN optó por desoír la cautelar y se limitó a posponer por 25 días la apertura de los sobres «teniendo en cuenta la gran cantidad de consultas recibidas a último momento», aseguraron.
Tras tomar nota de que Parques pretendía continuar con la licitación a pesar de los recursos judiciales iniciados, fue la propia empresa de Arrabal la que salió a denunciar una supuesta ilegalidad en el proceso. «No estoy defendiendo a mi empresa, sino que estoy defendiendo el presente y el futuro de Puerto Iguazú. Como están planteadas las cosas la APN va a terminar fraccionando a Iguazú en dos: la villa turística y la comunidad marginal», indicó el empresario, probandose las ropas de Robin Hood.
Más lejos aún en el afán de hacer causa común en su lucha por frenar la licitación que podría quitarle a su cliente uno de los negocios más redituables dentro del parque, el representante legal de la Jungle Explorer, consideró que de continuar el proceso, Iguazú podría ser sede de una pueblada similar a la de Gualeguaychú, en reclamo por la instalación de las pasteras en la vecina Fray Bentos.

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