La caída de un avión compromete al Ejército

[su_note note_color=»#cdcdcd»] El accidente se produjo el 13 de septiembre en un descampado de Villa de Mayo[/su_note]La Nación. La investigación de la caída de un avión del Ejército hace dos meses en el conurbano bonaerense, que ocasionó la muerte de sus dos tripulantes, puede traer complicaciones judiciales a la cúpula de esa fuerza, debido a la evidencia de que algunos de sus pilotos no reciben la capacitación adecuada y no vuelan el mínimo de horas necesario.

El dictamen de la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación de la Fuerza Aérea señala que la caída del bimotor Grumman Mohawk el 13 de septiembre en un descampado de Villa de Mayo, a pocos metros de unas viviendas y un supermercado, obedeció no sólo a una falla en el motor derecho sino, principalmente, a la falta de capacitación del piloto, que no adoptó los procedimientos de rigor ante esa emergencia.
«La pérdida de control de la aeronave y la falta de una respuesta adecuada para resolver la emergencia pueden ser atribuidas al escaso entrenamiento del piloto. Se omitieron pasos para resolver la emergencia, lo que contribuyó aún más a desencadenar el desenlace del accidente», señala un estudio.
Poco antes de conocerse este informe, el jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini, envió una nota al juez federal Nº 2 de San Martín, Alberto Martín Suáres Araujo, para pedirle que reasuma la investigación que había delegado en el fiscal federal de Tres de Febrero, Paul Starc. El juez no accedió.
Starc había pedido al Ejército los historiales de horas mínimas de vuelo. En la Marina el mínimo mensual para sus pilotos es de once horas, y en la Fuerza Aérea de diez, mientras que en la Aviación del Ejército sería solamente de entre dos y tres horas por mes.

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