La vida nocturna genera malestar en la Bajada Vieja

Vecinos del emblemático barrio están en pie de guerra contra la instalación de boliches. Aún no tienen respuestas de Turismo ni de la Municipalidad. Dicen que las obras están paradas, pero desconfían.

La casa en cuestión. El futuro local bailable linda con una vivienda de familia que tiene una chica enferma en recuperación.

La casa en cuestión. El futuro local bailable linda con una vivienda de familia que tiene una chica enferma en recuperación.

La magia, los duendes y los fantasmas del paseo emblemático, histórico y cultural de Posadas se ven amenazados por estas horas por la posible instalación de un local nocturno. Resulta que la tranquilidad característica de la Bajada Vieja de Posadas ya pasa a ser un lindo recuerdo, tras la apertura de un conocido resto-bar que está sobre la avenida Costanera. Ahora la polémica está centrada en un futuro boliche, cuyo edificio es lindero con una casa de familia, en la que vive una mujer enferma. Desde la comuna aún no dan soluciones.

Los vecinos reunidos en comisión tomaron la posta para defender el barrio. Los acercamientos con los empresarios de la noche han sido vanos.

La vecina Rosa Osorio comentó: «estamos en tensión. Nosotros pedimos que sobre la avenida Costanera ellos hagan lo que quieran, pero dentro de la calle Bajada Vieja no queremos boliches. Si con este bar que tenemos en la esquina ya se llena la calle de autos, con un boliche no sé lo que va a ser. Nosotros estamos acostumbrados a sentarnos en la vereda a la tarde, y ahora no podemos».

Acciones

Un grupo de vecinos se acercó a la Municipalidad para presentarles su preocupación, «le dijimos que estamos en pie de guerra. Nos recomendaron hacer piquetes y resistencia contra los empresarios», recordó. «Estamos dispuestos a todo, inclusive a hacer piquetes en la Costanera, a quemar gomas, y a cortar la calle si es necesario. Ya hemos juntado firmas, mandado notas a la Municipalidad, hicimos de todo», recalcó Rosa.

Por ahora la obra de la futura discoteca está parada, aunque algunos desconfían que los trabajos continúan puertas adentro.

La basura

Por su parte, para Amanda lo que prevalece del barrio son las tradiciones, su estilo, su cultura, por su identidad y su tranquilidad. «Queremos que se conserve así, y no traer el centro acá», dijo.

«Estas calles no son para tráfico, y ahora (con el resto-bar en la esquina) los fines de semana está lleno de autos, es un descontrol. Todo sucio, hay basura por todos lados, vienen las ratas, las cucarachas, porque la basura queda toda la noche ahí, al otro día recién pasa el camión a retirarlo, y para eso los perros la han destrozado. Las cloacas son improvisadas, pasan por encima. La comida larga su olor. El pasto nunca cortaron. Durante el día los olores se mezclan entre frituras y cloacas», aseguró la vecina.
La inseguridad es un factor agregado a la situación de los vecinos del barrio histórico.

La Bajada

Los vecinos buscan preservar el ámbito del barrio, que es cultural, histórico, el patrimonio arquitectónico. En cambio, ven que con el avance de estas obras todo se va perdiendo, e incluso temen la expulsión inminente de los antiguos vecinos porque temen que la seguidilla de instalaciones de locales nocturnos, los lleve a un exilio casi obligado.

«Es cierto que la Municipalidad y Turismo de la Provincia no hacen nada», aseguró Horacio Franco.

Además, por la experiencia con la cercanía de estos locales, han surgido actos vandálicos, vidrios rotos, robos pequeños y suciedad en las calles.

«No nos oponemos al progreso, pero ese tipo de emprendimientos es para gente que vive en un horario determinado: de noche. Nosotros trabajamos, hay un colegio enfrente», explicó Horacio. «Se les tuvo que pedir que no hagan cornalitos; que levanten la chimenea que era muy baja, pusieron un cartel luminoso que les daba en la cara de un vecino, se les pidió que lo bajen», enumeró.

A su turno, Olga Kurz lamentó que «si en este momento no se frena la instalación de un boliche, restaurante, o resto-bar, va a seguir, y una vez que se instala esto como zona nocturna ya no se recupera más la Bajada».
Piden la modificación o aclaración de un modo contundente del código que establece que se trata de una zona residencial, que no impide la instalación de estos locales.

«Muchos vinieron porque les atraía la magia, el encanto, los duendes de la Bajada Vieja, para vivir una vida tranquila en un ámbito de barrio. Pero ahora se corre el riesgo de perder todo eso», puntualizó Horacio.

Con historia

El barrio tuvo características arquitectónicas propias. Aquí se agrupaban los comercios de los llamados turcos, personas dedicados a los negocios, en su mayoría de origen sirio o libanés, que también eran conocidos como «conchabadores», dado que contrataban peones -aquí llamados «mensúes» (mensualeros)- para trabajar en obrajes.
Entre los edificios que perduran se encuentra el gran caserón conocido como La Vieja Casona, construido en 1923 y que albergaba comercios en la planta baja y viviendas en la planta alta. Otra es la que fue erigida como alojamiento de los mensúes, hoy sede de un colegio.

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