Serios incidentes por leves penas a dueños del Ycuá Bolaños

Molestos. Los manifestantes arrasaron con todo lo que se encontraba en su camino.

Molestos. Los manifestantes arrasaron con todo lo que se encontraba en su camino.

Disconformes con la sentencia del Tribunal los familiares de las víctimas interrumpieron la lectura del fallo.

Las víctimas. Incendian neumáticos frente a uno de los locales de la cadena.

Las víctimas. Incendian neumáticos frente a uno de los locales de la cadena.

Decenas de heridos, una cantidad no determinada de detenidos y destrozos se registraron ayer en Asunción a causa de los disturbios protagonizados por sobrevivientes y familiares de las víctimas de un incendio en un supermercado, disconformes con el resultado del juicio a sus propietarios.
Al menos una treintena de personas resultaron heridas en los enfrentamientos con la Policía, que comenzaron en el polideportivo militar en el que el tribunal dictó sentencia en el juicio por el incendio registrado en el año 2004 en el supermercado Ycuá Bolaños, donde perdieron la vida mas de 364 personas y centenares resultaron heridas.

El tribunal declaró culpable al propietario del supermercado, Juan Pío Paiva, a su hijo Víctor Daniel Paiva y al guardia Daniel Areco del delito de «homicidio culposo», castigado con sólo un máximo de cinco años de cárcel.

Pese a que la Fiscalía solicitó una condena por «homicidio doloso», que conlleva la pena máxima de 25 años, los jueces María Doddy Báez, Manuel Aguirre, y Elio Ovelar, con un voto en disidencia de la primera, decretaron la tipificación más leve establecida.

El fallo provocó la airada reacción de las víctimas y familiares presentes, quienes arrojaron muebles, extintores y todo tipo de objetos contra los policías que resguardaban el lugar en donde se desarrollaba el juicio.

A los gritos de «asesinos, asesinos», unas 300 personas de organizaciones que agrupan a las víctimas y familiares del incendio amenazaron con «hacer justicia por manos propias» y acusaron a los miembros del tribunal de haber sido sobornados por los acusados.

«Vamos a quemar el supermercado Ycuá Bolaños y vamos a perseguir a estos jueces. Venganza, no nos queda de otra», dijo uno de los sobrevivientes del siniestro, Blas Cristaldo.

Posteriormente, los manifestantes se trasladaron hasta otra zona de la capital, en donde opera la principal sucursal de la sociedad comercial del Ycuá Bolaños, que fue saqueada por los manifestantes.

Antes de forzar las puertas y portones del local comercial, la turba se enfrentó a agentes antidisturbios de la Policía Nacional que utilizaron gases lacrimógenos, balas de goma y chorros de agua para dispersarlos. Los manifestantes, provistos de piedras, palos y pedazos de concreto arrancados de las aceras, hicieron retroceder a un cordón de agentes que trató de impedir con gases, chorros de agua y balas de goma de que llegasen al establecimiento. En la refriega fue dañado un vehículo policial e incendiado un coche. Mientras los agentes de choque replegaban a los manifestantes con gases y balines de goma, otros agentes, según se pudo ver en televisión, trataban de dispersarlos con piedras.

Sobreviviente
Liz Torres sobreviviente del Ycuá Bolaños, y coordinadora de víctimas y familiares de la tragedia, sostuvo ayer en diálogo exclusivo con radio Libertad y LT4 tras haber conocido el fallo del Tribunal que «el sistema judicial de este país (Paraguay) juega con la gente y con la paciencia de la gente, lo que nos parece una total falta de respeto y seriedad». Asimismo Torres indicó que «este pueblo que a veces resiste pacíficamente hoy está en pie de lucha más que nunca». «El día del desastre yo estuve ahí y te juro que las puertas estaban cerradas», contó.

Tragedia
El incendio del supermercado «Ycuá Bolaños» del barrio Trinidad de Asunción del Paraguay ocurrido las 11:30 del domingo 1º de agosto del 2004 con la presencia de aproximadamente 900 personas en el lugar, causó la muerte a más de 350 personas y otra 70 desaparecidas, a parte más de 300 heridos. La misma fue considerada como la segunda tragedia más grande del país después de la Guerra del Chaco.

Este incendio de grandes proporciones destruyó una superficie de 6.000 m2 aproximadamente dejando como saldo fatal personas de todas las edades, entre ellos niños, mujeres y ancianos. Un total de 132 niños huérfanos, 1.071 hogares afectados y 66 adultos desempleados. El siniestro, al principio con causas desconocidas y con sospechas de un atentado, fue intervenido por el Ministerio Público a través de un grupo de investigadores de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).

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