El religioso llegó a Misiones invitado por el instituto Montoya a disertar sobre la solidaridad. Se refirió al debate sobre el aborto, la figura del donante presunto y la credibilidad en la clase política. a embarazada no tiene derechos sobre el niño, son dos derechos y dos libertades diferentes. La frase le corresponde al sacerdote Miguel Yánez, director del Centro de Investigación y Acción Social de la Compañía de Jesús (CIAS) y de la revista CIAS, quien arribó a Misiones para disertar sobre la solidaridad y referirse al «Legado social de Juan Pablo II».
El religioso llegó a Posadas invitado por el Instituto Antonio Ruíz de Montoya, donde disertó ayer. Se desempeña como docente y director de la Licenciatura en Teología Moral en la Universidad del Salvador, sede San Miguel provincia de Buenos Aires.
Previo a su exposición, no se privó de hablar de temas polémicos como el aborto, el donante presunto y la credibilidad en la clase política.
Desde una perspectiva ética Miguel Yañez abordó la resignificación de la solidaridad. Sostuvo que puede ser una moda, algo emotivo, o de marketing, pero se debe apuntar a la solidaridad como constitutiva del ser humano.
En los últimos días la justicia autorizó un aborto terapeútico ante el riesgo de muerte de la mujer ¿Qué postura sienta la iglesia en este caso particular?
Se va instalando el debate sobre el aborto en el país. Uno de los puntos principales de la doctrina de Juan Pablo II y es lo que llamaba la alianza entre democracia y relativismo, que es nefasta porque termina siendo un totalitarismo.
Los representantes del pueblo no tienen un poder absoluto ellos tienen que dar cuenta frente a alguien, a la comunidad. Y lo que la iglesia viene defendiendo es el derecho a la vida desde el momento de la concepción hasta el último momento de su vida natural. Hoy en día se plantea la cuestión desde un feminismo radicalizado como si la mujer tuviera derecho sobre el niño. Son dos derechos, dos libertades y a ambas hay que atenderlas.
Desconozco la particularidad del caso, no soy médico; muchas veces es peligroso para la madre pero vale la pena correr el riesgo.
¿Qué opinión le merece la figura del donante presunto?
Recomendaría la donación de órganos por lo que hay que continuar con las campañas de concientización pero no debe ser compulsivo, por parte del Estado. Sin duda el camino es la concientización sin embargo a veces no hay donantes porque la gente no confía en los organismos. Creo que sería conveniente una campaña sobre el resguardo legal que va a tener todo donante para que se respete el derecho de la persona.
¿Considera que desde la crisis que vivió el país en los últimos años hubo una mayor adhesión a los actos solidarios?
Creo que ha habido reacciones solidarias, lo que es bueno, pero a eso lo llamo solidaridad puntual. Ha crecido la pobreza de una manera espectacular, tenemos el problema del hambre en Argentina que evidencia que ha habido políticas económicas que no son humanas y por eso queremos recoger el legado de Juan Pablo II que luchó por una economía verdaderamente humana.
Es decir, que la razón económica no puede ser únicamente ganar dinero sino debe ser capaz de repartir de una manera justa y equitativa el dinero especialmente a través de la creación de fuentes de trabajo.
Esa es la manera de ganar dignamente el dinero para satisfacer las necesidades básicas, mediante el trabajo la persona puede alcanzar una vida digna y eso es un gran déficit en el país. Esta situación se debe a falta de capacitación de nuestros dirigentes. Cualquiera que supiera un poco de economía tenía que saber que nos llevaba al crecimiento de la desocupación.
Clase política
El sacerdote Miguel Yánez fue crítico al referirse a la responsabilidad social que tiene la clase dirigente.
«Se va creando una clase política y entiendo esa postura. Pero lo que yo les pediría los políticos son dos cosas, primero una capacitación seria para toda la clase dirigente porque la dirigencia argentina está en crisis; y en segundo lugar se trata de honestidad», señaló.
Agregó que «todos sabemos que la campaña política absorbe cada vez más dinero, hemos caído en la mercantilización de la política y esto nos lleva al empobrecimiento de lo que sería el ideal de un partido, todos los partidos han perdido en los últimos años su capacidad de proponer»
