Toda la responsabilidad recayó sobre Luis Alberto leal, de 33 años. El fiscal Rolando Oliva consideró que los hermanos fueron coautores del homicidio. La defensa dijo que el disparo fue una legítima defensa.
Condenado. Luis Alberto Leal (de campera) esperó impaciente el fallo que lo condenó a casi once años de prisión.
[su_note note_color=»#cdcdcd»]El fiscal Rolando Oliva pidió que los hermanos fueran condenados como autores del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.[/su_note]l Tribunal Penal 2 condenó ayer a un joven y absolvió a su hermano, por el crimen de un mecánico, hecho que ocurrió el 20 de diciembre de 2003 en el barrio Los Paraísos de Posadas.
Luis Alberto Leal, de 33 años, fue condenado a diez años y ocho meses de prisión, el mínimo de la pena establecida para el delito de «homicidio agravado por el uso de arma de fuego»; mientras que Oscar César, alias «Ganga», pudo recuperar la libertad tras permanecer detenido con prisión preventiva poco más de un año y medio.
Ambos se habían entregado a la Policía el 24 de diciembre de 2003, cuatro días después que mataran de un balazo en el pecho al mecánico Rodolfo Adolfo Becker, con quien mantenían una diferencia económica por la reparación del motor de un camión.
El 20 de diciembre, alrededor de las 17.00, «Ganga» Leal fue agredido por Becker cuando fue a entregar un auto a una cliente del barrio Los Paraísos.
Cuando regresó, el menor de los Leal le contó lo sucedido a su hermano, quien tomó la decisión de regresar para solucionar el inconveniente.
En esas circunstancias, Luis Alberto tomó de un escritorio un revólver calibre 32 largo marca Colt, que ocultó en su cintura.
Los hermanos abordaron la vieja motocicleta marca Gilera y se encaminaron hacia el taller donde Becker estaba reparando un viejo Opel K.
Los hermanos rompieron con un fierro el vidrio del Renault 6 de Becker, quien los encaró muy ofuscado. En esas circunstancias, Luis Alberto realizó tres disparos, uno de los cuales atravesó el pecho del nombrado, que falleció poco después.
El fiscal Rolando Oliva pidió que los hermanos fueran condenados como autores del delito de «homicidio agravado por el uso de arma de fuego».
Agregó que hubo acuerdo entre ambos para ir a buscarlo a Becker, pese a que Luis Alberto Leal ya había adelantado que no tenía intenciones de darle el dinero que la víctima les reclamaba.
Oliva sostuvo en su alegato que «a través de la autopsia, el cuerpo de Becker habla. Hay numerosas lesiones que nos dan la certeza que fue golpeado con el mismo fierro que se usó para romper el parabrisas. Y quizás también con otro objeto, luego que lo balearon».
El fiscal pidió para ambos el mínimo de la pena establecida para el delito, es decir diez años y ocho meses de prisión.
Por su parte, el abogado César Fernández buscó encuadrar el hecho dentro de una legítima defensa, al asegurar que la víctima tenía en su poder un arma de fuego al momento de salir del taller.
«Si hubo intención de matar, nadie se explica por qué tomaron la decisión de hacerlo de día, frente a un polideportivo y ante numerosos testigos», agregó.
El abogado aseguró que el disparo que mató a Becker partió en forma accidental del revólver y que las contradicciones entre los distintos testigos no permitían esclarecer el hecho.
El otro defensor, Gustavo Martínez, alegó en favor de «Ganga» Leal, para quien pidió la absolución.
Dijo que su cliente nunca tuvo dominio del hecho y no sabía que su hermano había llevado un arma de fuego cuando fueron al encuentro de Becker.
Antes que el Tribunal dictara la sentencia, ambos imputados pidieron perdón a sus familiares y también a los de la víctima. Además, solicitaron «una nueva oportunidad».
Finalmente, los camaristas Juan Enrique Calvo, Roque Martín González y Alfredo Rafael Escribano, decidieron condenar al autor del disparo y absolver a su hermano.
