Un músico adoptado como hijo de la tierra colorada

Danilo Santinelli es ingeniero metalúrgico y «musicultor» reconocido por su labor en pos de la cultura provincial. Actualmente hace música «etnoclásica»

Completo. Danilo Santinelli es un musicultor apasionado por todos los instrumentos y todos los géneros musicales

Completo. Danilo Santinelli es un musicultor apasionado por todos los instrumentos y todos los géneros musicales

Si bien el artista Danilo Santinelli nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires, él se siente un misionero más en esta tierra. Es ingeniero metalúrgico, profesión que ama pero que debió abandonar para dedicarse por completo a la música. Actualmente se dedica a lo «etnoclásico», mixtura de étnico y clásico, e integra el Cuarteto de Cámara.
En su ciudad natal dio los primeros pasos en el género, ya que a los 4 años comenzó a tomar clases de piano y a los 12 se recibió de maestro de solfeo. Recordó que en ese tiempo «el piano fue parte de mi vida».
Una vez que aprendió a tocar el piano a la perfección, se abocó a otros instrumentos como la quena, la guitarra, la flauta, y todos los que tuviera a su alcance, como también otros géneros y a cantar. «La música es un lenguaje: los tonos, las armonías, esta especie de malabarismo de sonidos que existe. Y los dialectos determinan cada género, por ejemplo un tango tiene su tonada, el reggae tiene lo suyo, etcétera; y como yo escuchaba todo, aprendí cada dialecto. Hoy me gusta tocar de todo», contó el artista.
Durante seis años ejerció la profesión metalúrgica en forma paralela a su gran pasión que es la música, pero poco después debió abandonar. «Trabajé en la Central de Energía Atómica en Buenos Aires. Las ocupaciones se complementaban, pero era muy agotador», comentó.

Por el mundo

De la mano de su pasión por los instrumentos musicales recorrió varios países. Vivió en California, Estados Unidos, entre el año 1994 y el 2003, donde se dedicó a la docencia con la música. Esos años por norteamérica fueron buenos en lo económico, pero difíciles en cuanto a las relaciones sociales. «Ellos (los norteamericanos) son tan respetuosos de la privacidad que terminan hundiéndose en una gran soledad», lamentó el músico.
En Misiones es considerado y autodenominado como un «musicultor», argumentando que él «cultiva música» con todos los instrumentos y en todos los géneros.
Conoció la tierra colorada en 1980, cuando vino a dar un concierto, y junto a su esposa Sandy -con quien comparte su vida hace veinte años- y quedaron maravillados con la vegetación.
Regresó a la provincia en 2003. «Volví porque amo su tierra, su gente, sus plantas, sus cosas, este lugar», aseguró el músico y agregó que se siente misionero.
Consideró que una persona es de un lugar cuando tiene allí una familia, ya sea de sangre o de lazos emocionales. «Tengo mucha gente con la que me comunico bien y establezco lazos emocionales fuertes, no tanto de cantidad sino de calidad e intensidad», dijo al explicar la cantidad de amigos que tiene. «Amigo es una palabra interesante. En realidad no me interesa tener enemigos», finalizó.

Una actividad solidaria

El piano del Palacio del Mate de Posadas ha tomado trascendencia en el último tiempo por la labor que inició Santinelli para su restauración. «Es una caja de música que fue hecha en el año 1900, es decir tiene 105 años, y está maltratada como si fuera un caballo pura sangre que lo hubieran dejado abandonado en el medio de un campo, en el que no tendría ni agua ni pasto, y nadie lo escuchara quejándose», explicó.
Se mostró optimista con la posibilidad de restaurar el instrumento centenario, «lo que pasa es que la comunidad tiene que prestar atención a las cosas que están en nuestras narices», dijo.
La obra de reparación está calculada en 25.000 pesos, y ya se lleva recaudado 2.500 pesos.

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