Benedicto XVI: «Mi plan no es seguir mis ideas, sino servir a Dios»

Más de 350 mil peregrinos y delegaciones oficiales de más de 100 países estuvieron en la misa de asunción del nuevo Pontífice. Al concluir la celebración, el Papa recorrió la Plaza de San Pedro en un papamóvil descapotable.
Benedicto XVI comenzó oficialmente su pontificado. Ante más de 350 mil peregrinos encabezó una misa y luego recorrió la Plaza de San Pedro para saludar a los fieles desde un papamóvil descapotable, rodeado de un fuerte operativo de seguridad. «No tengan miedo y abran sus corazones a Cristo», dijo el Papa en su homilía, al recordar una de las primeras frases de Karol Wojtyla al comenzar su reinado en 1978.

Vestido con una casulla dorada y portando la cruz pontificia de su antecesor, Juan Pablo II, el Papa llegó a la Basílica de San Pedro a las 5 (hora argentina), seguido por una procesión de cardenales. Dentro del templo, Benedicto XVI rezó ante la tumba de San Pedro, dentro de las grutas vaticanas, para simbolizar el pasaje como su 264º sucesor y esparció incienso en el lugar donde la tradición indica que fue enterrado Pedro.

Luego, el Pontífice y los cardenales marcharon rumbo al atrio de la Plaza de San Pedro, donde se llevó a cabo la misa que encabezó el propio Joseph Ratzinger. Sobre ambos costados del trono papal se colocó tres filas de sillones dorados, donde se ubicaron los cardenales concelebrantes.

En el comienzo de la misa, Benedicto XVI recibió los dos símbolos del Pontífice, el palio y el anillo del pescador, entregados por el protodiácono de la Iglesia, el cardenal chileno Jorge Medina Estévez, y el secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano. La estola se lleva sobre los hombros en las celebraciones litúrgicas y tiene seis cruces bordadas. El anillo, símbolo de poder y de la autoridad pontificia, lleva la imagen de San Pedro echando las redes de pescador y será utilizado por el Papa hasta su muerte.

A continuación se realizó el rito de la obediencia, que hasta hora contemplaba que los cardenales se arrodillaran ante el Papa, pero que en esta ocasión sólo fue cumplido por doce personas en recuerdo del número de los Apóstoles. Esta vez los doce fueron tres cardenales, un obispo, un sacerdote, un diácono, un religioso, una religiosa, un matrimonio coreano y dos jóvenes de Sri Lanka y la República Democrática del Congo.

Ya en su homilía, el nuevo Papa afirmó que su «verdadero» programa de gobierno no es hacer su voluntad, ni seguir sus propias ideas, sino ponerse junto con toda la Iglesia a escuchar la palabra y la voluntad de Dios y dejarse conducir por él. El primer sermón del pontificado de Benedicto XVI duró 35 minutos y más de una vez fue interrumpido por la ovación de los fieles.

A la asunción asisten jefes de Estado de todo el mundo. Entre ellos -además del presidente Néstor Kirchner- se destacan el canciller alemán (país de origen del nuevo Pontífice), Gerhard Schroeder, el primer ministro francés, Jean Pierre Raffarin, y los reyes de España.

Fiel a los protocolos vaticanos, durante la ceremonia el nuevo Papa recibirá el anillo del pescador y el palio petrino -una capa blanca con cinco cruces rojas bordadas-, símbolos del poder pontificio.

La ceremonia promete una sorpresa para el final. Las autoridades anunciaron que Benedicto XVI tendrá un encuentro con los fieles. Sin embargo, no especificaron de qué manera se llevará a cabo: sólo anticiparon que el Papa no recorrerá la Plaza a pie.

Tras el contacto con los peregrinos, está previsto que el Pontífice salude a las delegaciones extranjeras en el interior del Palacio Apostólico, cerrando así la ceremonia de asunción.

Ayer, Benedicto XVI recibió a la prensa. Durante el encuentro, el Papa agradeció a los medios la cobertura de los eventos durante la etapa de sede vacante, al tiempo que prometió mantener un fluido contacto, similar al que impulsó Juan Pablo II.

«Espero seguir con el diálogo con ustedes, y comparto, como el papa Juan Pablo II, el desarrollo de las comunicaciones sociales», dijo el Pontífice ante más de mil periodistas acreditados.

Mañana, en tanto, Benedicto XVI tendrá otra aparición protocolar, ya que visitará la romana Basílica de San Pablo Extramuros, donde están sepultados los restos del apóstol del mismo nombre. El Pontífice irá a ese templo en condición de obispo de la capital italiana. Y allí expresará el «lazo inseparable de la Iglesia Católica con el apóstol que siguió a Jesús». (Clarín).

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