Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud

Este año, el Día Mundial de la Salud estará dedicado a la salud materno infantil, con el objetivo de reducir las muertes infantiles y aquellas relacionadas con el embarazo y el parto. El tema de este año es «madres y niños sanos», el mismo nombre que llevará el informe sobre la salud en el Mundo 2005, que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hará público ese día. [su_note note_color=»#cdcdcd»]El objetivo del Día Mundial de la Salud 2005 es lograr el empuje necesario para hacer que los gobiernos, la comunidad internacional, la sociedad civil y la población adopten medidas destinadas a mejorar la salud y el bienestar de las madres y de los niños[/su_note]Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS):
• Cada año mueren cerca de 11 millones de niños, lo que representa unas 30.000 muertes por día. El 40% de estas muertes ocurre durante el primer mes de vida.

• Cada año mueren más de 500.000 mujeres por causas relacionadas con el embarazo. En los países en desarrollo, las complicaciones del embarazo se encuentran entre las causas principales de muerte y discapacidad en mujeres de entre 15 y 49 años. Se calcula que el 15% de las mujeres gestantes están amenazadas por complicaciones relacionadas con atención no calificada.

Para una mujer nacida en América Latina o el Caribe, las probabilidades de morir por complicaciones del embarazo son 27 veces mayores que para una mujer nacida en Estados Unidos.

• Casi todas esas muertes se producen en países en desarrollo, y muchas se podrían evitar con sólo ampliar la disponibilidad de intervenciones bien conocidas.

La terrible paradoja es que la mayoría de las causas que llevan a todas estas muertes son tratables y hasta prevenibles.
En el marco de este día mundial de concientización, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a los gobiernos, grupos privados, organizaciones no gubernamentales, comunidades y particulares a que consideren esta fecha como una oportunidad para reconocer que cada mujer tiene derecho a un embarazo y un parto sin riesgos y que los niños tienen derecho a vivir una vida sana, con el fin de comprometerse a actuar de inmediato.

Reducir en dos terceras partes la tasa de mortalidad infantil y reducir en tres cuartas partes la tasa de mortalidad materna son dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015, un compromiso que asumió la comunidad internacional en el año 2001 para lograr que todas las personas tengan una vida plena y saludable.

Ésta es una gran oportunidad de conseguir que la atención del mundo se centre en algo que debería ser obvio: cada madre y cada niño cuentan. Hay pruebas evidentes de que las madres y los niños sanos son la base indispensable para que las comunidades y las naciones sean saludables y prósperas.

El bienestar de la sociedad está directamente relacionado con la salud y la supervivencia de las madres y los niños. Si las madres sobreviven y prosperan, sus hijos sobrevivirán y se desarrollarán. Del mismo modo, si las madres y los niños sobreviven y prosperan, las sociedades en que viven también prosperarán.

En el mundo son muchas las madres y los niños que mueren o padecen los efectos de una mala salud, de una alimentación deficiente o de una asistencia sanitaria inadecuada. Cada año, más de medio millón de madres muere en el embarazo y en el parto, 10,6 millones de niños menores de cinco años mueren a causa de un conjunto de enfermedades prevenibles y tratables.

Prácticamente todas esas muertes se producen en países con ingresos bajos y medios, principalmente entre los más pobres de los pobres de esos países. Muchas de esas muertes podrían evitarse haciendo uso de los conocimientos actuales y de los medios asequibles.

El objetivo del Día Mundial de la Salud 2005 es lograr el empuje necesario para hacer que los gobiernos, la comunidad internacional, la sociedad civil y la población adopten medidas destinadas a mejorar la salud y el bienestar de las madres y de los niños, y, en especial, contribuir a salvar la vida de millones de madres y niños que mueren en el parto y de millones de niños que pierden la vida durante la primera infancia todos los años.

Mensajes claves
MENSAJE 1: TODOS LOS AÑOS UN NÚMERO EXTRAORDINARIO DE MADRES Y DE NIÑOS SON VÍCTIMAS DEL SUFRIMIENTO Y DE LA MUERTE.
Todos los años mueren más de medio millón de madres por causas relacionadas con el embarazo y el parto, mientras que millones de niños mueren en el parto y en la primera infancia. Un número mayor padece mala salud y desnutrición. El grupo que corre mayor riesgo de muerte son los recién nacidos (de 0 a 28 días). Ese sufrimiento y muerte se producen casi en su totalidad en los países de ingresos medios y bajos, y dentro de esos países son los pobres y los desfavorecidos quienes más sufren. Tan sólo unas pocas enfermedades prevenibles y tratables son las causantes de todo esto.

El mensaje general del Día Mundial de la Salud 2005 es de esperanza para todas las madres y todos los niños. El futuro será más saludable y más productivo para todas las sociedades, si actuamos de inmediato y tenemos en cuenta a las madres y a los niños.

• Cada minuto, muere una mujer por complicaciones durante el embarazo y el parto, lo que significa que 1400 madres mueren al día y más de medio millón mueren todos los años (OMS, 2004a). Muchos millones más sufren discapacidades.

• Cada minuto, mueren 20 niños menores de cinco años, lo que significa que casi 30 000 niños mueren a diario y 10,6 millones de niños mueren todos los años (OMS 2005). Los recién nacidos de menos de un mes corren el mayor riesgo. De todas las muertes infantiles que se producen al año, casi cuatro millones ocurren entre los recién nacidos (Lawn et al., 2004).

• Por cada dos personas que mueren en un accidente de tráfico en todo el mundo, mueren una madre y 20 niños a causa de enfermedades prevenibles o tratables (OMS, 2004b).

• Casi el 99% de las defunciones maternas y más del 90% de las muertes de niños menores de cinco años se produce en países con ingresos bajos y medios, en particular en el África subsahariana y en Asia meridional. En todos los países, las madres y los niños de las familias más pobres son quienes tienen mayor riesgo de muerte.

13 % aborto peligroso
20% Causas indirectas
** Las causas indirectas incluyen la anemia, el paludismo y la cardiopatía coronaria.
8% Otras causas directas*

*Entre otras causas directas figuran el embarazo ectópico, la embolia y la muerte relacionada con la anestesia.
8% Parto obstruido
12% Hipertensión arterial
24% Hemorragia
15 % Infección
8 % Paludismo
4 % Sarampión
37% Causas neonatales
3% Lesiones
10% Otras 10%
19% Infecciones respiratorias agudas
17 % Enfs, diarreicas (posneonatales)
3 % VIH/SIDA
8 % Malformaciones congénitas
28 % Partos prematuros
7 % Otras
3 % Enfermedades diarreicas
23% Asfixia del parto
26% Infecciones graves
6% Tétanos neonatal

• El 70% de todas las defunciones maternas están provocadas únicamente por cinco factores: hemorragias (24%), infecciones (15%), abortos peligrosos (13%), hipertensión arterial (12%) y parto obstruido (8%). No obstante, la pobreza, la exclusión social, un nivel bajo de educación y la violencia contra la mujer son causas importantes que están en el origen de la muerte y la discapacidad maternas. Las mujeres que se quedan embarazadas muy jóvenes, que han tenido numerosos partos, que padecen enfermedades infecciosas, como el paludismo, la tuberculosis y, cada vez más, el VIH/SIDA, y que sufren desnutrición o anemia corren un mayor riesgo de muerte.

• El VIH/SIDA constituye una amenaza cada vez mayor para las madres y sus hijos. Actualmente, las mujeres representan casi la mitad de la población adulta que vive con el VIH/SIDA (ONUSIDA, 2004). Esto no solamente pone en peligro la salud de la mujer, sino que aumenta el riesgo de transmisión del VIH de la madre al niño.

• Hay un conjunto de enfermedades prevenibles y tratables que son las causantes de más del 70% de todas las muertes infantiles. Éstas son: la neumonía, la diarrea, el paludismo, el sarampión, el VIH/SIDA y una serie de afecciones que aparecen en el periodo perinatal.
Pese a que no suele incluirse entre las causas directas, la malnutrición interviene en más de la mitad de esas defunciones, al aumentar el riesgo de muerte del niño. La falta de acceso a alimentos no es la única causa de malnutrición; las prácticas inadecuadas de alimentación y las infecciones, o una combinación de ambas, son dos factores importantes.

• Las mayores amenazas a la supervivencia del recién nacido (de 0 a 28 días) engloban una combinación de distintas afecciones perinatales (como la insuficiencia ponderal y los traumatismos y la asfixia al nacer) y de infecciones graves (como la septicemia neonatal, la neumonía, la meningitis y el tétanos).

MENSAJE 2: LAS MADRES Y LOS NIÑOS SANOS SON LA VERDADERA RIQUEZA DE UNA SOCIEDAD.
La supervivencia y el bienestar de las madres y de los niños no sólo son importantes en sí mismos, sino que además son fundamentales para encontrar una solución a problemas económicos, sociales y de desarrollo de mayor alcance. La muerte y la enfermedad de una madre y de sus hijos también generan sufrimiento en su familia, su comunidad y su país. Aumentar la supervivencia y el bienestar de las madres y de los niños no solamente mejorará la salud de la sociedad, sino que también contribuirá a reducir las desigualdades y la pobreza.

• La mala salud es una de las principales razones por las que las familias se empobrecen y permanecen en la pobreza (Narayan et al., 2000). Cuando una madre o sus hijos enferman, aumenta el gasto familiar. El pago de honorarios médicos y de otros gastos efectivos son un importante factor disuasorio para las familias a la hora de buscar asistencia sanitaria, lo que provoca peligrosos retrasos al tratar de obtener ayuda fuera del hogar, en particular para los niños y las mujeres embarazadas (OCDE y OMS, 2003).

• Cuando una madre enferma o muere, su aportación productiva al hogar, a la fuerza de Trabajo, a la economía y a la sociedad se pierde, y la supervivencia y educación de sus hijos se ven amenazadas. Se estima que todos los años muere un millón de niños pequeños a consecuencia del fallecimiento de la madre (OMS, 2003a). Los niños de familias que han sufrido la muerte de la madre en los 12 meses anteriores pasan mucho menos tiempo en la escuela, que los niños de familias que tienen a su madre.

• Es indispensable que la población infantil goce de buena salud para que haya desarrollo económico y social (Banco Mundial, 1993). Se estima que por cada dólar que se invierte en la salud infantil, se obtienen siete dólares gracias a una reducción del gasto social y a un aumento de la productividad de la población joven y la población adulta (Banco Mundial, 1996). Cuando muere o enferma un niño, la familia y la sociedad sufren. Las enfermedades frecuentes y la malnutrición afectan negativamente al desarrollo cognitivo, al tamaño corporal y a la energía de los niños pequeños. Esto disminuye el rendimiento escolar final y, posteriormente, la productividad y la capacidad de trabajo (Comisión sobre Macroeconomía y Salud, 2001).

MENSAJE 3: PODRIAN SALVARSE MILLONES DE VIDAS APLICANDO LOS CONOCIMIENTOS QUE TENEMOS

De lo que se trata es de pasar de la teoría a la práctica.
En la actualidad se dispone de conocimientos y medios eficaces para reducir el sufrimiento y la muerte. Sin embargo, para hacer que la situación mejore de verdad éstos han de llegar a todas las madres y los niños que los necesitan. La experiencia ha demostrado que hay intervenciones comunes que son asequibles y pueden aplicarse incluso en los países más pobres. Al mismo tiempo, acuerdos internacionales como la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas y la Convención sobre los Derechos del Niño han allanado el camino para eliminar obstáculos importantes a la aplicación generalizada de conocimientos y estrategias que permiten salvar vidas.

• El número de madres y de niños que se beneficia de intervenciones existentes y asequibles que permiten salvar vidas no es suficiente. Por ejemplo, tan sólo el 61% de los nacimientos que se producen en todo el mundo están asistidos por una partera competente, si bien en algunos países con ingresos bajos la media sólo alcanza el 34% (OMS, 2004c). Es más, sólo cuatro de cada diez niños que sufren neumonía en el mundo reciben tratamiento con antibióticos (Gareth et al., 2003).

• A fin de reducir drásticamente el número de defunciones maternas, hay que proporcionar acceso a todas las mujeres a servicios de atención de salud de buena calidad que cuenten, al menos, con tres elementos clave: asistencia en el parto por personal competente, servicios obstétricos de urgencias en caso de complicaciones, y una red de consultorios operativa que garantice el acceso a los servicios de urgencia cuando sea necesario.
Otro factor esencial es ayudar a las mujeres a que eviten embarazos y nacimientos no deseados.

• Podría salvarse la vida de más de seis millones de niños al año, si éstos pudieran beneficiarse de un reducido conjunto de intervenciones preventivas y curativas (por ejemplo, vacunas y tratamientos sencillos para enfermedades comunes graves) y de una atención domiciliaria apropiada (Gareth et al., 2003). Entre los cuidados domiciliarios adecuados figuran la aplicación de prácticas óptimas de alimentación, como la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida del bebé, la introducción de alimentos complementarios adecuados a partir de los seis meses y la continuación de la lactancia materna hasta al menos los dos años. Otros cuidados domiciliarios incluyen prácticas sanitarias esenciales como el empleo de materiales tratados con insecticidas para prevenir la transmisión del paludismo y la administración de tratamientos domiciliarios adecuados contra las infecciones (OMS, 2004d).

LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO

Los objetivos de Desarrollo del Milenio definen las medidas que es preciso emprender en muchos ámbitos diferentes (por ejemplo, la enseñanza, la salud, el transporte, la agricultura, la vivienda, la energía, el agua, el saneamiento, la legislación y los servicios sociales) para que haya desarrollo social y económico.

1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
2. Lograr la enseñanza primaria universal.
3. Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer.
4. Reducir la mortalidad infantil.
Meta: Reducir en dos terceras partes la mortalidad de los niños menores de 5 años entre 1990 y 2015.
5. Mejorar la salud materna.
Meta: Reducir la mortalidad materna en tres cuartas partes entre 1990 y 2015
6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.
7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
• La escolarización de las niñas tiene por efecto una población infantil más sana y mejor educada, una reducción de la muerte maternoinfantil, mayores oportunidades económicas y una mejora del bienestar de las familias. Sin embargo, dos de cada tres niños que no están escolarizados son niñas, y dos de cada tres adultos analfabetos son mujeres (UNESCO, 2003).

• Más de 189 países se han comprometido con la Declaración del Milenio y con las metas subsiguientes de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio reconocen la importancia de que las madres y los niños gocen de buena salud para que haya desarrollo social y económico. Además, ponen de manifiesto que es preciso actuar simultáneamente en numerosos planos diferentes para obtener resultados.

• La Convención sobre los Derechos del Niño, que goza prácticamente de ratificación universal, promueve estrategias integrales en favor de la salud infantil a través de sus principios básicos de no discriminación, participación, el interés superior del niño, y la supervivencia, la protección y el desarrollo del niño.

MENSAJE 4: PARA HACER QUE MEJORE LA SITUACIÓN DEBEMOS AUNAR FUERZAS Y PASAR A LA ACCIÓN. CADA UNO DE NOSOTROS TIENE UNA FUNCIÓN QUE DESEMPEÑAR.
Aunque sepamos qué es lo que hay que hacer, los progresos realizados en el mundo para mejorar la supervivencia y el bienestar maternoinfantil han experimentado un estancamiento. Al ritmo actual, solamente en el África subsahariana se tardarían más de 150 años en reducir la mortalidad infantil en dos terceras partes.

Es preciso actuar de forma rápida y coordinada para que todas las madres y todos los niños puedan beneficiarse de un conjunto de intervenciones esenciales y asequibles de probada eficacia. Para ello hay que dar un mayor impulso al liderazgo político y técnico, y asignar recursos financieros. También será necesario hacer todo lo posible para contratar, formar y destacar un número suficiente de prestadores de atención sanitaria especializados. Todo el mundo puede contribuir a mejorar la situación.

• La comunidad internacional. La ayuda internacional y las políticas sanitarias internacionales han de apoyar una acción coordinada entre diferentes programas y sectores. Para ello hay que trabajar en el marco de alianzas internacionales con principios y objetivos definidos de común acuerdo, aumentar al máximo la asignación y el uso de los recursos disponibles, hacer frente a la creciente crisis provocada por la falta de personal sanitario calificado y reforzar la puesta en marcha de programas. La comunidad internacional también puede promover el intercambio de conocimientos, capacidades y experiencias dentro de los países y entre los países, así como favorecer la colaboración Sur-Sur.

• Los gobiernos. Las autoridades nacionales pueden formular políticas, estrategias y planes generales que garanticen el acceso universal a intervenciones adecuadas y eficaces que promuevan la salud y permitan salvar vidas. Esas estrategias han de incluir medidas destinadas a movilizar las alianzas nacionales, con la participación de todos los sectores pertinentes (educación, salud, legislación o servicios sociales), cuyo objetivo sea acercar los servicios de salud a la comunidad, así como fomentar las prácticas de atención domiciliaria y la búsqueda de asistencia médica. Las estrategias también deben centrarse en responder a las necesidades de personal sanitario especializado, así como en generar y garantizar un compromiso y una inversión a largo plazo, y vigilar los progresos realizados.

• Los ciudadanos. Los ciudadanos pueden informarse sobre sus derechos y responsabilidades, participar en actividades comunitarias y adoptar conductas que contribuyan a velar por la salud y la supervivencia de sus familias. La adopción de hábitos de salud elementales, como por ejemplo, comer más cantidad y más alimentos saludables durante el embarazo, optar por la lactancia materna, vacunar a los niños y hacer un uso adecuado de los servicios de salud cuando los niños estén enfermos y durante el embarazo, puede contribuir a salvar muchas vidas (OMS, 2003b, 2004d). Los hombres, en calidad de entidades decisorias, cabezas de familia y, sobre todo, compañeros, pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción de la salud maternoinfantil.

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