Escándalo en la Triple Frontera por lavado de dinero que involucra a más de 100 empresas

La Fiscalía de Delitos Económicos de Paraguay realizó ayer la denuncia contra un cambista brasileño de origen árabe y más de cien empresas que operaban con él. Se estima que es el mayor caso de evasión tributaria de la historia en ese país.

Zona de nadie. Ciudad del Este es el centro de las operaciones de lavado de dinero en la Triple Frontera.

Zona de nadie. Ciudad del Este es el centro de las operaciones de lavado de dinero en la Triple Frontera.

Al menos 113 empresas de Ciudad del Este están involucradas en un escándalo mayúsculo por vinculaciones con el lavado de dinero y envío de remesas al exterior que hacía Kassem Mohamad Hijazi -un comerciante brasileño de origen libanés detenido- quien logró remesar en los últimos cinco años unos 100 millones de dólares a través de las casas de cambio de esa ciudad paraguaya.

El caso comenzó a investigarse en diciembre, con la detención del brasileño, y puso al descubierto tal vez la mayor evasión tributaria registrada en la historia de ese país.

El fiscal de delitos económicos de Paraguay Adolfo Marín presentó ayer formal denuncia por evasión impositiva y presunto lavado de dinero en Ciudad del Este contra el libanés, otras 47 personas y al menos 120 casas comerciales del lugar, la mayoría manejadas por comerciantes de origen árabe y chinos.

El libanés fue acusado por el fiscal de evadir al menos 3,8 millones de dólares a través de varios negocios que maneja en Ciudad del Este, en la zona conocida como la Triple Frontera junto a Brasil y la Argentina.

El proceso no termina, ya que comienza la parte investigativa a las casas de cambio y en los próximos días también se iniciarán las pesquisas en torno a los comercios.

Los investigadores encontraron entre las operaciones de Kassem Mohamad Hijazi una serie de cuadernos y libros contables que el árabe manejaba en negro y en forma clandestina, donde figuraban los nombres de las 113 casas comerciales, sus respectivos números telefónicos y un código de identificación. A través de estos códigos de identificación, Hijazi anotaba las transacciones financieras de estos comercios. En los cuadernos figuraba el monto manejado por el libanés, el porcentaje que recibía por la gestión y el monto perteneciente a los comercios que era transferido al exterior.

Hijazi, a su vez, operaba con seis casas de cambio de la capital del Alto Paraná para transferir el dinero que le pertenecía en una parte y otra buena porción era dinero de las casas comerciales, pero, sin embargo, figuraban a su nombre. Se estima que a través de una pequeña casa de cambio, el árabe logró «exportar» en dos años, más de 80 millones de dólares de las empresas «asociadas».

«¿Por qué estas casas comerciales recurrían a Hijazi para enviar dinero al exterior, si lo podían hacer ellos mismos? ¿Para evitar pagar impuestos muy altos? ¿Para esconder la procedencia del dinero?», son las preguntas que se hacen los investigadores.

A pesar de que las remesas salieron a nombre de una pequeña empresa de préstamos prendarios, «Telefax», con un capital de apenas 500 millones de guaraníes (250 mil pesos y con pérdidas en los últimos tres años), según el Registro Unico de Contribuyentes, jamás despertó la atención de la Superintendencia de Bancos, según publicó ayer el diario Última Hora de Paraguay.

Algunas de las casas cambiarias y las empresas remesaron el dinero de Telefax con firmas desconocidas, algunas con la rúbrica falsificada de Hijazi y en otros casos ni siquiera cuentan con la documentación probatoria de los envíos.

Investigación a medias

Al menos 40 casas de cambios clandestinas operan en Ciudad del Este. Ninguna de ellas está siendo investigada por el Ministerio Público. El Banco Central del Paraguay (BCP), a través de su titular Gabriel González, en más de una ocasión aclaró que las casas de cambios ilegales deben ser investigadas e intervenidas por la fiscalía.

Las autoridades del Brasil manejan sumas astronómicas de dinero que se lavan en dichos locales ilegales, que operan con otros similares en territorio brasileño. Se habla de unos 80 mil millones de dólares que fueron lavados entre los años 1996 y 2000. Después de las investigaciones en el país vecino los sistemas fueron cambiados.

El mismo fiscal Juan Carlos Duarte Martínez, quien lleva adelante la causa, había admitido que tenía una relación de 320 operaciones de remisión de dólares. Nunca investigó el origen de dicho dinero y sobre todo a quiénes envían el dinero al exterior. A la vez, Duarte Martínez es acusado en Ciudad del Este por «proteger» a otras casas de cambio y empresas que lavan dinero en la Triple Frontera. Duarte está también sindicado como uno de los presuntos impulsores de un plan de asesinato del periodista Héctor Guerín -director del diario Vanguardia de Ciudad del Este-.

Hasta el momento el único que aparece en escena es Kassan. Los otros integrantes de su grupo son ignorados, como ser su hermano Chadi Hijazi.

Tampoco investigan los vínculos que tienen con otros grupos mafiosos, como ser el de la mafia del clon, que tiene su epicentro en el tercer y cuarto piso de la galería Jebai Center.

Kassan igualmente operaba con el grupo comandado por el chino Law Kim Chou, considerado el «Rey de la Piratería» en el Brasil. El citado estada recluido en la cárcel de la Policía Federal en Brasilia (Brasil). El libanés era el encargado de remitir todo el dinero del esquema comandado por Law Kim Chou. Conforme a los datos, Kassan envía dinero a más de 1.500 diferentes cuentas bancarias a Palestina, Líbano, China Continental, Chile, Taiwán, Miami y Texas (Estados Unidos), Panamá, entre otros países.

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