La Confederación Médica alertó sobre medicamentos falsificados

La Confederación Médica de la República Argentina alertó a los médicos de todo el país a fin de que extremen las precauciones en el uso de los medicamentos, dada la presencia en el mercado de remedios adulterados. [su_note note_color=»#cdcdcd»]Existen dos requisitos básicos para asegurar la calidad de un medicamento: su eficacia y seguridad.[/su_note][su_note note_color=»#cdcdcd»]Este es un problema de fármacovigilancia, causado por permitir la comercialización de medicamentos que no tienen su calidad comprobada.[/su_note][su_note note_color=»#cdcdcd»]El Estado y los médicos deben profundizar los controles para evitar fallas en la seguridad y eficacia de los fármacos.[/su_note]Esta situación de carencia de control fue difundida por nuestra entidad desde hace largo tiempo, en distintas oportunidades, anticipándonos a estas graves consecuencias.La ANMAT tiene, desde 1997 una división especializada para el control de medicamentos falsificados. Se trata del Programa de Pesquisa de Medicamentos Ilegítimos, fruto de un convenio de cooperación técnico-científico acordado por la autoridad sanitaria nacional, el sector farmacéutico industrial y las asociaciones profesionales.Este programa tiene jurisdicción en todo el país. Sin embargo, ya en 2002, la Auditoría General de la Nación había inspeccionado este programa y había formulado una serie de observaciones sobre su funcionamiento y organización, que la COMRA reflejó a través de una serie de notas publicadas en la revista Médicos Hoy, órgano de difusión de la entidad.Esta situación también fue advertida por el Dr. César Pérez Laborda, vicepresidente de la Confederación, en una nota publicada en el diario Clarín, el 27 de noviembre, que reproducimos a continuación: negrita/Remedios bajo control y con uso racional /negrita El Estado y los médicos deben profundizar los controles para evitar fallas en la seguridad y eficacia de los fármacos.Existen dos requisitos básicos para asegurar la calidad de un medicamento: su eficacia y seguridad.La eficacia de un fármaco es su capacidad intrínseca para modificar favorablemente el pronóstico o curso de una enfermedad. Un medicamento es seguro cuando los riesgos que puede representar para el paciente resultan aceptables en términos de un análisis de costo-beneficio.Existe otra condición que resulta fundamental para la calidad de los medicamentos: es la estabilidad, es decir, que el fármaco mantenga sus propiedades químicas y terapéuticas durante el proceso de distribución y dispensación hasta el consumo.Sin embargo, no todos los medicamentos en la Argentina satisfacen los estándares de calidad. Los médicos sabemos que cada día se conocen en los hospitales de todo el país nuevos casos de fármacos que resultan ineficaces.Esta situación no tiene nada que ver con la política de medicamentos que se está aplicando en el país con respecto a la prescripción por nombre genérico. Este es un problema de fármacovigilancia, causado por permitir la comercialización de medicamentos que no tienen su calidad comprobada.Y, más allá de la responsabilidad que les cabe a los organismos de control como la ANMAT y las reparticiones dependientes de los gobiernos provinciales, los médicos debemos comprometernos en la denuncia de estos casos y, a la vez, exigir la toma de muestras al azar en las bocas de expendio en todo el país, para su análisis en un laboratorio centralizado con un estricto control del Estado.Esta mecánica debe estar acompañada con una modificación de la legislación penal que castigue la adulteración o alteraciones de la calidad de los medicamentos con penas graves.Por otra parte, durante décadas se ha permitido el ingreso al mercado argentino de miles de fármacos que no tienen efectividad comprobada. Mientras que la OMS aconseja un listado de 310 medicamentos esenciales y la Confederación Médica de la República Argentina, en la próxima 10ø edición de su Formulario Terapéutico Nacional (FTN COMRA), seleccionó 315, en la Argentina circulan aproximadamente 18.600 presentaciones comerciales.El consumo masivo de medicamentos que no tienen efectividad comprobada implica un verdadero despilfarro de dinero en un país en vías de desarrollo. Se debe tener en cuenta que los fármacos representan el 40% del gasto en salud. Y que para el 20% más humilde de la población representan todo lo que gastan en salud.Es por esta situación y por la falta de acceso a los servicios de salud, que actualmente muchas personas compran sus medicamentos, fraccionados, en kioscos y supermercados, sin ningún tipo de control sanitario.Estas son hoy, una vez instalada la política de medicamentos que está desarrollando el Gobierno, las deudas pendientes: el control de la calidad y la promoción del uso racional.

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