Mil personas por día cruzan el río en lancha

Ante la proximidad de las fiestas de Navidad y Año Nuevo se incrementa el uso del transporte fluvial para hacer compras. Eligen el servicio por ser rápido y seguro. Este medio de traslado comenzó con canoas y mejoró con el paso del tiempo.

El promedio normal de pasajeros es de 140 por día

El promedio normal de pasajeros es de 140 por día

Unas mil personas por día utilizan el servicio de lancha para viajar de Posadas a la ciudad paraguaya de Encarnación. Si bien el promedio diario de viajantes que cruzan el río Paraná es de 140, ante la proximidad de las fiestas de Navidad y Año Nuevo este número se incrementó notablemente. De los tradicionales usuarios del servicio fluvial, cerca de un 20 % provienen del interior de la Provincia, según informaron fuentes oficiales de Migraciones del Puerto de Posadas. La mayoría de los viajantes eligen el servicio por la comodidad y por la rapidez del cruce. «Vamos porque es más rápido, no hay colas, ni las dos aduanas y es más romántico», dijo un joven que partía con su pareja hacia la costa encarnacena. Las compras realizadas en estas fechas son de juguetes para regalar a los niños y de ropa de segunda fabricación. La suma permitida por persona y por mes es de 100 pesos, solamente de productos de industria paraguaya. En tanto, traer carnes y lácteos no está permitido. Para ingresar con electrodomésticos se abonan los impuestos correspondientes. El clásico transporte que cuesta dos pesos al igual que el colectivo, ofrece tres lanchas con una capacidad total de 277 pasajeros que parten cada diez minutos de ambas costas. Argentina es dueña de la llamada «Marilyn» y Paraguay es poseedora de «Ciudad Encarnación»y de «General Bernardino Caballero». Este servicio se remonta a la década del ’30, cuando embarcaciones construidas de madera, dotadas de viejos motores nafteros desechados de camiones y automóviles que se adaptaban para funcionar moviendo hélices de tres palas. Quedó relegado así el servicio de canoas, del pasado siglo.Ya en los años ’50, las lanchas fueron incrementando su capacidad para transportar pasajeros. Las buenas regalías que dejaba el transporte impulsó cambios; las viejas lanchas de madera fueron reemplazadas por otras de construcción fuerte y motores más potentes. Las de Posadas fueron sustituidas por embarcaciones traídas de la zona del Delta y al formarse una cooperativa, las más de 30 embarcaciones precarias de Encarnación fueron suplidas por modernas lanchas con casco de hierro y motores marinos. El auge de las lanchas se fue en las décadas del ’70 y ’80, cuando entre diez y doce mil personas cruzaban a diario de una a otra orilla. La inauguración del puente disminuyó la cantidad de viajantes por un tiempo, pero siguieron funcionando porque hay gente, especialmente las paseras, que prefieren este servicio. Lo cierto de esta historia casi centenaria es que son pocos los accidentes sufridos por pasajeros, salvo aquel ingrato episodio del incendio de la Pirizal, a fines del 70′, que causó la muerte de muchas personas que en horas de la madrugada volvían del casino de Encarnación. Por lo demás, las lanchas continúan casi invictas y siguen siendo un medio seguro para cruzar el gran río Paraná, una vez superadas las barreras aduaneras, que son las únicas que nos separan de los vecinos encarnacenos.

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