Las cajas ASOMA y PRANI ya desaparecieron, pero el programa que viene a sustituirlas sigue sin llegar

Unidos venía a reemplazar los dos programas, para hacer una atención global a la familia. No hay noticias de cuándo llegará, y los beneficiarios, que ya no reciben las antiguas cajas, siguen esperando. Desde Bienestar Social de la provincia, que mantiene su propio retraso en las entregas a los comedores comunitarios, la ministra no quiso hacer declaraciones. La directora de Política Social de la Secretaría de Desarrollo y Medio Ambiente de la Nación, Virginia Tedeschi, y el coordinador regional por el NEA, Guillermo Di Mena, visitaron Misiones hace más de un mes para hacer la presentación oficial del nuevo programa Unidos, con la promesa de que en menos de 15 días llegaría a la provincia. Sin embargo, cumplido el primer plazo comenzaron a hablar de un retraso de 15 días más, y ahora se cumplió un mes sin que se sepa nada de la partida de cajas que ya debía haber sido distribuida. «No hay información, sólo hay expectativas de que se reciba en los próximos días», señalaron desde el Ministerio de Bienestar Social de la provincia. «El coordinador nacional quedó en llamar hoy y no llamó, y tampoco dicen a qué se debe el retraso», explicaron. Mientras tanto, los beneficiarios de las cajas siguen esperando. A finales del mes de junio se anunció la desaparición de los programas PRANI y ASOMA, con la explicación de que serían sustituidos por un plan global para trabajar con toda la estructura familiar, y no solo con el niño o el anciano. Una buena promesa que hasta el momento sólo ha supuesto que no lleguen más partidas de las antiguas cajas. El acuerdo definitivo con la Nación para distribuir el programa Unidos se firmó hace un mes y medio, y esa fecha coincidió con las últimas entregas de cajas, que en realidad correspondían a entregas que venían con retraso. «Todos los programas de la Nación vinieron con atraso» es lo único que afirman desde Bienestar Social, pero la ministra Graciela Depetris ni siquiera quiso hablar sobre el tema. Reacia a cualquier contacto con la prensa, tampoco quiso hablar de los retrasos que la provincia también mantiene con los comedores comunitarios, que en su mayoría no recibieron mercadería la pasada semana. Así, entre la ausencia de las cajas de la Nación y las deficiencias en los servicios de comedores para niños y ancianos, los más carenciados siguen esperando respuestas que no llegan y, sobre todo, comida que no llega. NUEVA ESTRUCTURA A LA ESPERA «Todo está conformado. Están los delegados y la estructura de distribución, sólo se está esperando que llegue el envío», señalaron desde prensa del Ministerio. Y es que la promesa del programa Unidos venía de la mano de una reestructuración del sistema de entregas y de un reempadronamiento de beneficiarios, a partir de los 23 mil módulos que se entregan actualmente. Desde la Nación, Virginia Tedeschi había señalado que «necesitamos tener un registro de a quién va el beneficio, porque hasta ahora no tenemos un registro de beneficiarios». Para ello y para el control de la posterior distribución, esperaban trabajar con el Gobierno provincial, y se contará también con la figura, finalmente acordada con la provincia, de los veedores, uno por la Provincia y otro por la Nación. El último capítulo del enfrentamiento que mantuvieron por el manejo de los planes sociales fue precisamente por este nuevo programa, cuando la ministra Depetris señaló que las 30 mil cajas del programa social UNIDOS no serán suficientes para cubrir las necesidades de la población que la requiere. Las cantidades habrían sido determinadas a partir de un relevamiento estadístico que data del año 91, efectuado sobre los índices de NBI de ese momento. «Esos datos no sirven absolutamente para nada porque hay municipios que crecieron y migración interna continua» que modifican los números», dijo la funcionaria. Sin embargo, ahora se niega a hacer declaraciones, y no hay explicación de por qué las familias siguen esperando la llegada de las nuevas cajas, al igual que a menudo los niños esperan en los comedores sin que haya llegado mercadería, o a veces simplemente gas, para poder cocinar.