La causa por estafas con seguros de vida será investigada ahora por el juez Ramón Grinhauz

La investigación se inició por la denuncia de una aseguradora. Una banda había «truchado» la muerte de una mujer para cobrar el seguro de vida y blanquear las deudas de tarjetas de crédito y créditos personales. Una mujer que era investigada por su presunta participación en una banda que estafó a bancos y aseguradoras de Posadas, recusó al juez de Instrucción Horacio Enrique Gallardo cuando éste la citó a prestar declaración indagatoria en la causa. Ahora el caso pasará a manos del juez Ramón Grinhauz, quien ya tiene a su cargo la investigación por otra estafa pero cometida por dos comisarios de la Policía de Misiones. La prolija investigación realizada por la Justicia permitió desbaratar en julio pasado la totalidad de la organización y también establecer en forma fehaciente la forma en que actuaban. Al menos media docena de personas están en la mira de los investigadores, que ya comprobaron la existencia de una asociación ilícita. De acuerdo con la denuncia presentada por el abogado y ex diputado provincial Jorge Lisandro Galeano, quien representa a la firma Seguros Bernardino Rivadavia, en diciembre del año pasado Nancy Ríos -35 años- adquirió para sí un seguro de vida. Tres meses y medio después la beneficiaria, la mujer denunció el fallecimiento de Ríos y le solicitó a la compañía el abono de los 54 mil pesos establecidos en la póliza. La causa del deceso, según un médico, era un «infarto masivo, paro cardiorespiratorio» y se había registrado en una vivienda del barrio Los Lapachos. A la compañía le llamó la atención el diagnóstico y la no intervención del médico forense, por lo que se inició una investigación que permitió descubrir el engaño. La empresa rechazó la solicitud de pago y la beneficiaria dejó de lado su reclamo e incluso prometió no accionar legalmente contra la empresa. Pese a ello, Galeano presentó una denuncia formal a mediados de julio. El caso se encuadra dentro de la defraudación en grado de tentativa (por ahora) y falsificación de documento público. Según se probó mediante una exhumación en un cementerio privado de Posadas, Nancy Ríos nunca murió y el cajón que se enterró sólo contenía bolsas con arena y papeles. Ahora se trata de establecer en base del número de documento y la identidad si esa persona realmente existe. Varios de los involucrados en la maniobra tenían hasta el año pasado una pequeña empresa que, por motivos que todavía se desconoce, fue a la quiebra. Con el mismo nombre de fantasía y estructura abrieron una distribuidora de productos cosméticos. Con la empresa como pantalla, se abrían librado numerosos cheques que fueron rebotados en los bancos por falta de fondos. A la vez se fabricó una historia laboral a nombre de Rios para obtener tarjetas de créditos y créditos personales en distintos bancos. Las tarjetas fueron utilizadas hasta el límite permitido de consumo y nunca fueron abonadas. Con la muerte de Ríos la banda pretendía «blanquear» esas deudas, pero la maniobra quedó al descubierto y ahora enfrentan una causa penal.

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