El presidente del BID apoyó el plan de Solidaridad que impulsa el gobierno argentino

La ministra de Desarrollo Social y Medio Ambiente de la Nación, Graciela Fernández Meijde, recibió ayer a la tarde al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (B.I.D.), Enrique Iglesias, quien manifestó su apoyo al Plan Solidaridad -el programa integral de lucha contra la pobreza-, que implementa esta cartera junto a las de Educación y Salud. Tras la reunión, en la que se analizó la marcha de los programas sociales que el B.I.D. financia en Argentina, Fernández Meijide destacó que «el Presidente del B.I.D. reiteró -al igual que lo hizo anoche ante el equipo económico – que el Plan Solidaridad es muy sólido y que va en el sentido de la política que quiere hacer el Banco: la lucha contra la exclusión». «Ayer (por el lunes) se firmó un convenio por varios miles de millones para distribuir entre los Ministerios durante varios años. El B.I.D. está dispuesto a asignar una suma grande para desarrollar el Plan Solidaridad en todo el país. Ahora se abre una negociación entre los Ministerios, la cartera económica y el propio Banco, pues es el Ministerio de Economía quien autoriza o no a tomar estos préstamos», explicó la Ministra. En tanto el titular del B.I.D. sostuvo luego del encuentro que «todavía no tenemos cifras, pero va a ser un monto significativo porque la reducción de la pobreza es un tema que requiere un apoyo especial. Se trata de varios cientos de millones de dólares que van a tener más de una etapa. Estamos pensando en una cifra bastante elevada porque es prioridad tanto del Gobierno como nuestra. El B.I.D. tiene que dedicar el 50 por ciento de sus recursos a este tipo de temas y estamos apoyando programas de pobreza en toda América latina». Iglesias mostró una visión optimista sobre la economía argentina: «Hay señales claras de que la economía se está reactivando. Creo que el país está adecuado a las condiciones que nos imponen hoy en día las relaciones externas, que obligan a tener una economía muy bien administrada macroeconómicamente». El Plan Solidaridad procura evitar que los hijos de las familias indigentes reproduzcan tal condición en el momento de formar sus nuevas familias. Se parte de la base de que una adecuada alimentación y la especial atención a la nutrición, a la salud -priorizando la prevención y promoción de la misma con énfasis en la atención primaria-, y una formación educativa de calidad, ponen a los jóvenes en mejores condiciones de empleabilidad y, por lo tanto, en aptitud para superar su situación de pobreza extrema. Este plan compromete activamente a las familias beneficiarias, quienes deberán destinar los apoyos recibidos para mejorar la alimentación, en especial la de los niños; registrar a todos sus miembros en un centro de salud y cumplir con las citas periódicas indicadas; y garantizar la concurrencia de los chicos a la escuela no menos del 85 por ciento de los días de clase.