La desregulación llega como salida para las obras sociales, pero «será un perjuicio para el afiliado»

Lo afirmaron Brignole y Molas y el asesor Pablo Frers, que consideran que la fusión de obras sociales disminuirá la oferta y la competencia. En Misiones, el IPS será una de las tres únicas que escape a la desregulación. Actualmente, sólo el 50 por ciento de los misioneros cuentan con una obra social [su_note note_color=»#cdcdcd»]UOCRA, OSPRERA, OSPIN y el PAMI, cuya licitación se encuentra trabada en la Justicia, serían las más cuestionadas en Misiones.[/su_note]Las obras sociales surgieron hace 40 años, como una respuesta a la necesidad de brindar más cobertura sanitaria a la gente, pero actualmente la mitad se encuentra en crisis financiera y apenas cubren las atenciones médicas de los afiliados. Una crítica y conocida situación, que ha vuelto a saltar a la opinión pública a raíz del suicidio del cardiocirujano René Favaloro, superado por las deudas de su fundación. Esto es sólo un reflejo de la crisis sanitaria que atraviesa el país, y en concreto la provincia de Misiones. A la falta de contención de las obras sociales se suma además el alto porcentaje de población que ni siquiera cuenta con una. En Misiones sólo un 50 por ciento tiene obra social, de forma similar a lo que ocurre en el resto de la Argentina, donde un 30 por ciento de la población accede una obra social, el diez por ciento a una prepaga y el 60 acude a los hospitales. A raíz de la crítica situación financiera que atraviesan varias obras sociales sindicales, entre ellas las de los metalúrgicos, alimenticios y camioneros, que hace un par de años fueron las que mejor cobertura brindaban, el Gobierno nacional dispuso la desregulación del sistema, que entrará en vigencia el 1 de enero próximo. En Misiones, no se adherirán a este sistema el Instituto de Previsión Social (IPS), las obras sociales de los empleados de seguridad y de las Fuerzas Armadas, mientras que será obligatoria para las sindicales. De las 60 obras sociales con las que cuenta la provincia, ninguna presenta un panorama alentador, aunque destacan por su deficiente cobertura la Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), PAMI, OSPRERA y OSPIN. Entre las mejores estarían situadas la de los tabacaleros, APTM, y el IPS. Alrededor de 500 mil personas acceden a una cobertura médica, de las cuales 130 mil son afiliados al IPS, 80 mil a APTM, 29 mil a una prepaga y los 261 mil restantes están adheridos a sindicales. EN CONTRA DE LA DESREGULACIÓN La crisis es generalizada en todo el sistema de salud nacional. Según un informe privado difundido ayer, la mitad de las obras sociales adeuda entre 2.600 y 2.700 millones de pesos. En el país hay 296 obras sociales, la mitad afronta dificultades económicas, hay nueve concursadas y 40 en situación crítica. Y la desregulación surge como una respuesta al fracaso de las obras sociales. Mientras algunos afiliados afirman que están conformes con las prestaciones de su obra social, otros optan por cambiar en busca de una mejor cobertura pero en general sostienen que «las obras funcionan a medias, hay veces que está suspendidas y si no tenemos dinero tenemos que ir al hospital». Son muchas las dudas que se abren ahora sobre sí la anunciada desregulación traerá o no una mejoría, pero varias voces adelantaron que con este cambio solo se beneficiarán las empresas de salud y los empleadores. Y es que la desregulación traerá de la mano fusiones entre distintas obras sociales, lo que eliminaría tanto competencia como ofertas. A partir de la desregulación, si el trabajador no está conforme con el servicio de una determinada obra social puede optar por acceder a una prepaga, algo que actualmente no puede hacer. Actualmente, el cambio solo puede ser de una sindical a otra sindical. Por ello, «la desregulación será un perjuicio para el afiliado», coincidieron varios profesionales en temas de cobertura, como el presidente del IPS, Jorge Brignole, el titular de la Federación de Clínicas y Sanatorios, Adolfo Molas, y el asesor financiero Pablo Frers Campos. LAS OBRAS SOCIALES, SÓLO UNA PARTE DEL PROBLEMA En medio de un sistema más que deficiente, la posible vía de escape empieza a ser cuestionada antes siquiera de empezar a aplicarse. De momento, los afiliados tendrán que seguir a la expectativa, y en muchos casos seguir acudiendo a hospitales públicos que tampoco pueden abarcar la demanda. La crisis de las obras sociales es solo una parte del problema sanitario que atraviesa la provincia, acompañada en esto por casi todo el país. Aún sigue reciente el paro protagonizado por los trabajadores misioneros de salud, que reclamaban no sólo por sus salarios sino también por elementos indispensables para trabajar. La conciliación obligatoria puso fin al paro, pero no trajo respuestas. Habrá que ver si la desregulación trae soluciones para las obras sociales, o también habrá que seguir esperando, como esperan los afiliados del PAMI en Misiones a que la nueva prestadora se haga cargo de los servicios, mientras la conflictiva licitación lleva más de un año trabada en los tribunales.

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